Renacer de las cenizas (de la noche)

Despierto tras unas horas de sueño. Sorprendentemente lo primero que me viene a la cabeza es la idea que algo muere en mí cada noche, como un renacer de las cenizas. ¡Es increíble cómo sigue impresionándome día tras día la capacidad de mi mente con la creación de semejantes ideas! De hecho creo que, a conciencia, nunca se me ocurrirían.

¿Cómo pensar acerca de lo que no conoces o no has leído? ¿Cómo pensar acerca de lo que nadie te ha hablado?. A veces pienso que pienso cosas muy extrañas. Pero, en cualquier caso, ahí está esta nueva idea rondándome la cabeza. De donde quiera que haya salido, hoy me da por reflexionar acerca de ella.

Cambio constante

Y así es como con la llegada del nuevo día, al alba, me ronda la cabeza la idea que algo muere en mí cada noche. Es hoy cuando, con las primeras luces, abro los ojos y observo que no soy ni puedo pretender ser la misma persona que era ayer. Metafóricamente hablando se podría decir que he vuelto a nacer.

(Vivir sin expectativas)

Meditar te cambia la vida

A mi me la cambió.

Para mejor, claro. Para mucho mejor.

Apúntate para abrir esa puerta.


Éste, el de hoy, un nuevo amanecer; un nuevo día. Con él, nuevas oportunidades. Nuevos aromas de café. Nuevos besos. Y al final, un nuevo crepúsculo. Tras él, una nueva muerte.

renacer de las cenizas

Renacer de las cenizas de la noche

Esta muerte y este renacer diario son, en mi sentir, tan simbólicos como necesarios. De otra forma, arrastrar con nosotros el peso del ayer, la mochila del pasado, puede convertirse en una carga demasiado pesada para un nuevo día que reluce con nuevas y flamantes luces.

Cada mañana volvemos a nacer… lo que hacemos hoy es lo que realmente importa. (Buda)

Con este nuevo amanecer, el regalo de un nuevo día. Sin más. No conozco un mayor regalo que éste una vez otorgado el más grande de todos, el de la vida misma. Ahora de cada uno de nosotros depende agradecer esta nueva oportunidad.

(Dejar ir: El eterno fluir de la vida)

Dejemos por ello morir en nosotros algo cada noche. Abandonemos todo aquello que nos impida avanzar, todo aquello que no nos permita ser mejores personas. Dejemos ir con la noche la amargura, la impaciencia, la ira y la rabia. Dejemos ir la envidia y los celos.

Y al amanecer, dejemos que la nueva luz nos inunde una vez más. De momento, no tenemos tiempo para mucho más.

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Mavi Mariscal

Buscadora y practicante de la meditación Samatha & Vipassana. Enamorada del silencio y la quietud. Del ruido y la vorágine. De lo simple, bello y poético. De lo complejo, feo y prosaico. De lo profundo y superficial. De lo espiritual y terrenal. Del todo y de la nada. La práctica de la meditación me ha reconciliado con lo que "ES", aquí y ahora.