Hoy quiero hablar del compromiso con la práctica de la meditación. Tras un período de tiempo en el que la práctica de la Meditación Vipassana me resultó bastante ardua, pude retomarla con gran fuerza.
De alguna forma puedo decir que antes de ese período de tiempo confiaba, incluso me acostumbré, a que la práctica de la meditación fuese algo a lo que a fin de cuentas, una y otra vez, daba igual el período de tiempo que pasara «distraída«, siempre acababa volviendo.
Ahora, no puedo negar que la práctica de la meditación ha vuelto a mí, con muchísima fuerza. Sin embargo, el haber pasado aquella larga temporada sin sentarme a meditar pasó en mí una gran factura y con ésta aprendí la gran lección, cual es, la importancia de estar realmente comprometida con la práctica, cueste lo que cueste.
Meditar te cambia la vida
A mi me la cambió.
Para mejor, claro. Para mucho mejor.
Apúntate para abrir esa puerta.
Cierto es, por mi propia experiencia, que los beneficios de la meditación son inmediatos. Pero, igual de cierto es que los efectos de abandonar la práctica o de no practicar con la regularidad y constancia que requiere, causa también importantes estragos en el bienestar conseguido. Lo positivo de todo ello es que no hay que desanimarse. Tenemos la gran suerte de conocer la herramienta más potente capaz de devolvernos, una y otra vez, al momento presente.
Mira lo bello de estar en el presente: el silencio que desciende, la serenidad que te rodea, una satisfacción tremenda que surge sin ninguna razón.» (Osho)
Retornar a la práctica de la meditación
Con el retorno a la práctica reaparece la calma, la serenidad, la confianza, la entereza. Con la meditación reaparece la paz.
«Ahora sé que, relegar o posponer la práctica es uno de los peores flacos favores que puedo hacerme.»
Por ello, y a pesar de todo, sólo puedo estar eternamente agradecida a este tiempo de «distracción» por mostrarme la importancia del compromiso conmigo misma, con la práctica, con el momento presente y en definitiva con la propia vida.
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